El
sueño me dominó todo el día. Quería ir a caminar solo por la avenida Arequipa o
cualquier otro lugar, para escaparme un poco de los paseos por el centro de
Lima. Muchas veces mi conciencia crea su propia dictadura al decidir siempre
por el centro y el centro. Sé que parece que hiciera una disección entre
conciencia y voluntad, entre mente y cuerpo, pero aún no tengo claro ese
asunto. Hubiera sido la primera vez que decidía caminar solo desde mi casa
hasta donde mencioné, y quizás más allá. Las veces que he caminado solo lo he
hecho después de estar con alguien, o al salir de algún lugar. Lo curioso es
que hoy me dieron las ganas de salir con el único fin de estar solo. Repito, el
sueño me dominó.
En
vez de ello, decidí leer algo, el estado en el que me encontraba (andrajoso,
sucio, sonnoliento y cansado) me impedía hacerlo. Como hace unos días empecé la
lectura de El extranjero, no sería mala idea continuarla. Entonces me embarqué
en sus hojas electrónicas (adiós a las hojas impresas).
Si
tengo que caracterizar con una sola palabra el libro de Camus sería la
siguiente: absurdo. No entiendo el rollo del existencialismo. Para tener el
sufijo ‘ismo’ imagino que debería ser un cúmulo de ideas bien organizadas y
definidas. Claro, en una novela también está presente una concepción filosófica
del mundo o de la vida, bastaría recordar un mini-ensayo de El escritor y sus fantasmas
donde Sábato, con sencillo convencimiento, adjudica a la novela como la única
forma de ‘integrar al humano escindido’ (integrando sus ideas y emociones, lo
racional con lo irracional), pero también una inocente observación nos hace dar
cuenta de ello, en fin. Como decía, no entiendo el existencialismo en El
extranjero, muchos dicen que es una novela existencialista con un tono de ‘¡oh!
Genial’ pero, en realidad, a mí me parece absurdo, como lo absurdo de su
temática.
Alejándome
del campo intelectual, hoy me he sentido un perro, un animal. Casi no he
socializado en el día. Creo que por eso he tratado con más cariño a mis dos
mascotas. No sé si humanizarlas sea lo correcto. Lo cierto es que necesitaba
hacerlo. No, me he sentido menos que un perro, al menos este tiene sensaciones,
yo no las tuve hoy. Me he sentido como que anestesiado de todo lo que podía
recordar, y recordar es pan de cada día en mi vida. Me he sentido asqueroso por
la imposibilidad de reconocer momentos que viví. A lo mejor y son secuelas del
Zatrix (o clonazepán, como gusten).
Salgo de un adormecimiento fisiológico para entrar en uno mental. Jodida
referencia a la disección que mencioné. Esto es momentáneo. Tengo que visitar a
mi abuela y a mi padre.
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